Análisis: Binary Domain


Es el año 2080, y nos encontramos en un futuro en el que el nivel del mar ha subido por el deshielo de los polos y ha dejado el 75% de las ciudades del mundo inhabitables. Con centenares de millones de muertos por todo el globo, se recurrió al uso de robots para construir nuevas ciudades encima de las antiguas. Esta situación llevó a la firma de un nuevo Convenio de Ginebra, en el cual se incluyó una cláusula que prohíbe la construcción de robots que sean indistinguibles de un ser humano, la Cláusula 21.

Creado por Toshihiro Nagoshi -el creador de la saga Yakuza- y desarrollado por el equipo encargado de la misma saga, el juego nos sitúa en la piel de un soldado estadounidense llamado Dan Marshall, que debe infiltrarse en un Japón aislado del resto del mundo con su compañero Roy “Big Bo” Boateng después de que un robot con forma humana fuera descubierto en suelo estadounidense. Una vez dentro, deben reunirse con operativos de otros países para llevar a cabo una operación secreta que les permita conseguir pruebas que demuestren que la corporación Amada -una compañía japonesa de robótica- ha violado la Cláusula 21.

En esencia, el juego es un Third-Person Shooter táctico. Es decir, además de controlar a tu personaje puedes dar ordenes diversas a los dos compañeros que llevas contigo, seleccionándolas con el teclado o a través de comandos voz si tienes suerte, dado que el sistema de reconocimiento de voz es bastante deficiente. Además, hace bien algo que es muy importante: si un personaje cae en combate (tu incluido) puede revivirse a sí mismo o pedir a un compañero que le reviva. Eso sí, para evitar el abuso el juego hace que cada personaje lleve un cierto número de medkits intransferibles. Cada vez que un personaje revive a un compañero o se revive a sí mismo se consume uno, y puedes reponerlos a medida que los encuentras por el escenario o comprarlos en tiendas.

El equipo al completo

Antes he dicho que era un TPS táctico “en esencia” porque el juego no se conforma con la mecánica de avanzar y disparar, ya que también ofrece la posiblidad gastar dinero para mejorar los distintos stats de tus armas y las de tu escuadra, la instalación de nanomejoras para mejorar los stats de los personajes, y más curiosamente, jefes y un sistema de reputación con tus compañeros. Puedes ganar reputación siendo habilidoso al acabar con los enemigos -haciendo headshots, matando varios rápidamente...- y respondiendo a tus compañeros cosas de su agrado cuando hablen contigo. Por otro lado, puedes perder reputación si das respuestas que no les gusten o no les contestas, o si les disparas. El nivel de reputación que tienes con cada personaje influirá en el desarrollo de la historia, e irremediablemente en el final.

Binary Domain está desarrollado en un motor gráfico propio que ofrece escenarios muy bonitos y detallados con un buen nivel de optimización. Es digno de mención el uso de la Magical V-Engine para plasmar en el juego los movimientos de las caras de los personajes en las conversaciones mediante captura de movimientos: los modelos de los caras están muy detallados y la sincronización entre el audio y los labios está muy pulida.

Es muy importante mencionar la IA de este juego, dado que se trata de lo que se conoce como “máquinas de estado finito jerárquicas”. La idea aplicada al juego se resume en que tus enemigos son robots, y como tales realizaran cálculos a nivel individual y de grupo para evaluar las tácticas más adecuadas en cada momento, teniendo en cuento su estado, tu posición, cuanto tiempo llevas en ella... por ejemplo, si llevas mucho rato a cubierto el enemigo mejor posicionado te lanzará una granada o varios intentarán flanquearte a la vez, se pondrán a cubierto si dañas su armadura, usarán tácticas distintas si les quitas un brazo o una pierna, e incluso atacarán a sus compañeros si les quitas la cabeza sin destruirlos. Por desgracia, y como es de costumbre en estos juegos, la IA aliada es pésima, y en muchas ocasiones se olvidarán de cubrirse, de revivirte, de apartarse de tu línea de fuego, o sencillamente de ser mínimamente competentes.

Uno de los jefes a los que nos enfrentamos

Binary Domain no es perfecto. Los jefes y algunos enemigos a los que el juego te enfrenta son insufribles y básicamente son esponjas de plomo. Además, a lo largo del juego dos escenarios concretos suponen picos importantes de dificultad debido a que los enemigos disponen de amplia superioridad numérica y de artillería, mientras que tú dispones de escasas coberturas en las que refugiarte. Además, como ya he comentado antes, los comandos de voz no funcionan demasiado bien, y se hace complicado estar pendiente de un combate y dar ordenes a la vez con el teclado. No he probado el juego en consola, así que no sabría decir como van las órdenes a través de pad, pero no lo imagino menos aparatoso.

Aún así, éste es un juego que merece mucho la pena. Los fallos hacen que disfrutes menos del juego en zonas concretas, pero una vez superadas, y valorando el juego en su totalidad, es una experiencia muy buena. Para mí es uno de los grandes olvidados de 2012, y sin duda merece que le deis una oportunidad.

1 comentarios:

Creativo en Japón dijo...

Justo lo terminé hace un par de días y he de decir que lo he disfrutado muchísimo.

Me ha atrapado la historia, que aunque no aporta mucho al género- es un refrito bien hecho argumentos de autores como Phillip K. Dick- resulta muy entretenida y supera la media de los juegos tipo shooter.

Como decís las caras de los personajes están muy detalladas y se agradece, ya que las cinemáticas tienen bastante protagonismo y se disfrutan.

La jugabilidad aunque no llega al nivel de espectacularidad y sensación "arcade" de la joyita anterior de SEGA -Vanquish- es muy fluida, y mola mucho que el juego te dé treguas colocando a los personajes en situaciones variadas. Los jefes finales molan pero a veces como dices son un poco porculeros, especialmente cuando te quedas sin munición y has de tirar de pistola -me pasó con la medusa y me tiré un buen rato pegando volteretas XD

Vamos que me ha encantado, y eso que yo soy uno de esos que han llegado tarde a esta generación y estoy ahora recuperando el tiempo perdido y comprando casi únicamente juegazos.

En mi estantería ocupa un lugar privilegiado y en mi escala de valores lo pongo al mismo nivel que los triple A de la consola- lo tengo en XBOX 360.

Ah y por cierto, reventar a los robots pieza a pieza da mucho gustirrinín...

¡Recomendado! Un Sold como una casa ( y baratito baratito)

¡Saludos chicos!



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